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¿Qué coste tiene para el candidato dejar colgado al cazatalentos que le contactó al final de un proceso de selección? Es la pregunta que Montse Mateos, periodista de Expansión, planteaba en uno de sus últimos artículos y para el que contaba con la opinión de José Antonio García, Socio Director General de Solutions en Ackermann International. Puedes leer el artículo de Expansión aquí. En este post compartimos todas las reflexiones que José Antonio García realizó a las preguntas planteadas por la periodista.
El talento se posiciona como factor estratégico clave para asegurar la competitividad y sostenibilidad de las compañías, y como tal, es un tema que tiene que formar parte, sin lugar a dudas, de las prioridades y áreas de atención del Consejo de Administración.  Así se ha puesto de manifiesto en la mesa redonda “La Dirección de Recursos Humanos desde la perspectiva del Consejo de Administración” organizada por Ackermann International, en colaboración con la AEDRH-Asociación Española de Directores de Recursos Humanos, y en la que han participado Elvira Rodríguez, Consejera de Renault y ex presidenta de la CNMV; Pablo de Carvajal,Secretario General y del Consejo de Administración y Director Global de Regulación de Telefónica; Jaime Echegoyen,Presidente de Sareb; Rosa Piñol, Consejera de Galata (Cellnex Italia) y ex-Directora de Recursos de Cellnex Group, y José Antonio García, Socio Director General de Solutions en Ackermann International, quien ejerció de moderador.
Se dice de nosotros, los headhunters, que somos uno de los agentes del mercado de trabajo más buscado. Todo profesional senior aspira a ser contactado por un cazatalentos porque nuestra llamada a menudo significa la oportunidad de un avance en la carrera profesional. Pero al mismo tiempo y del mismo modo que somos tan deseados, somos conscientes de que sobre nosotros pesa también cierto halo de misterio, confusión y desconocimiento sobre lo que exactamente hacemos, cómo lo hacemos y por qué lo hacemos; y, principalmente, sobre lo que tienen aquellos candidatos que captan nuestra atención.
Que la tecnología lo está revolucionando todo es algo que a estas alturas nadie puede negar; y que la forma en la que se identifica, evalúa, selecciona e incorpora talento en una organización no queda al margen de ese todo que está siendo revolucionado, algo que tampoco nadie puede obviar. Ahora bien, interpretar la irrupción y revolución tecnológica en clave de casi total sustitución humana (leo varios artículos donde se pregunta qué es más importante si la tecnología -tech- o la intervención o toque humano -touch-en un proceso de selección) es algo que resulta osado y, cuando menos, precipitado.