La revista PM Farma entrevista a José Antonio García, socio director de Ackermann Beaumont Group y Líder del área de Life Sciences, Biopharma, Healthcare Services & Medical Technology, sobre el estado actual del sector desde el punto de vista estratégico y de Recursos Humanos, como del talento más demandado en él.
José Antonio García explica en ella que la industria vive un momento crucial de transformación del modelo de negocio: “La atención primaria está perdiendo peso y la atención comercial del sector se focaliza en dos áreas: hospitales y farmacia. Muchas de las empresas que se dirigían a primaria están desapareciendo o reconvirtiéndose y comprando licencias para fabricar fármacos dirigidos a OTC o a especialistas”, en un contexto de “indefinición desde el punto de vista del marco regulatorio” y de “gran dinamismo, con operaciones de fusiones y adquisiciones que están alcanzado cifras récord en los últimos años”.
Y todo ello, según este experto, está teniendo importantes impactos en la gestión del talento. “El más inmediato es el incremento del nivel de exigencia respecto al talento. En la parte comercial, la diversificación y ampliación del número de stakeholders que intervienen en la toma de decisiones, los cambios en el entorno regulatorio, etc. han incrementado la exigencia en el caso de los KAM. Se buscan profesionales más cualificados, con una visión estratégica, una importante capacidad negociadora (ha de gestionar los múltiples stakeholders que hoy intervienen en el proceso y establecer relaciones con un enfoque colaborativo y a largo plazo) y de influencia (mantener una buena relación con los Key Opinion Leaders), al mismo tiempo que una formación técnica, capaces de defender el valor terapéutico diferencial del fármaco. Es un perfil complejo en el que hay déficit de talento. Ello está obligando a algunas compañías a invertir en la formación de profesionales desde la base”, asegura.
El Socio Director de Ackermann Beaumont señala además lo que las compañías buscan más allá de la capacitación técnica: “Lo que demandan a los candidatos es mucha humildad. Humildad para saber integrarse en la organización, construir y aportar valor en ella. Humildad también desde el punto de vista de la gestión de equipos, para favorecer la relación, la cercanía y la cooperación. Y humildad, por supuesto, entendida como capacidad de aprendizaje continuo. En las organizaciones cada vez más se trabaja por proyectos, en los que se ven involucrados diferentes departamentos y es por tanto fundamental el sentido de trabajo en equipo, la colaboración y, sobre todo, la visión transversal, ya que no sólo basta con disponer de la visión de tu área. Lo que se reclama también es la orientación a resultados, la creatividad, la empatía con el cliente final, la visión internacional… Y, por último, todas aquellas habilidades que van asociadas a la cultura digital son ya competencias transversales a todos los profesionales”.
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